LA SENYORA FLORENTINA I EL SEU AMOR HOMER – TNC – 01/03/2017 @teatrenacional #lasenyoraFlorentinaielseuamorHomer @barnax_con
Dice un proverbio chino “ten cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir”. Y eso es lo que ocurre en La Senyora Florentina i el seu amor Homer. Florentina ha mantenido una historia de amor durante más de treinta años con Homer, un amigo de la infancia que después se convirtió en su amante, y ella, además, en su consuelo y un hombro donde llorar la desgracia de un matrimonio desafortunado.
Florentina vive en Sant Gervasi, en una gran finca, con un gran jardín, rodeada de un coro de vecinas y amigas que la apoyan incondicionalmente, pero que no dejan de cantarle algunas verdades de vez en cuando, con una gran sonrisa y mucho amor, eso sí.
Para rematar el conjunto, está Zerafina, la nueva sirviente de Florentina. Una jovencita llena de vida, de energía, que no rechaza nada de lo que la vida pueda ofrecerle y lo disfruta todo.
Pero Homer enviuda y, por primera vez, Florentina se enfrenta a la posibilidad de que Homer quiera casarse con ella, después de tantos años de amor prohibido. Pero las cosas no son lo que parecen y las mentiras, que ya hemos estado intuyendo desde el principio, van cayendo, una tras otras, como fichas de un dominó. Florentina se enfrenta por primera vez a que lo que ella había querido siempre se haga realidad. Pero ¿de verdad lo quiere?
“A viure, a riure”. Dice Homer a Florentina. “A viure, a riure”, dicen todas en la fiesta final del funeral dedicado a una mentira perpetuada durante años “Fora d’aquí, tot és comèdia”. En el comedor de Florentina solo quedan ellas, las amigas, las que se apoyan “Això ez una caza de donez zolez”, afirma Zerafina.
Sergi Belbel ha sabido darle al texto una alegría y un buen humor que no acaban nunca. No hay tristezas, no hay penas… y cuando parece que quieren sacar la cabeza, el buen humor las vuelve a tapar. Es un mundo de mujeres que se apoyan y se ayudan. Los hombres no tienen cabida.
Un escenario regio, con grandes ventanales abiertos a un enorme jardín de flores (un elemento primordial en las obras de Mercè Rodoreda), con muebles de época, es una declaración de la situación económica de Florentina. Sus amigas son de otras clases sociales, pero eso no es un impedimento para que las cuatro sean como Los Tres Mosqueteros y D’Artagnana. Todas para una y una para todas.
El vestuario es también luminoso y alegre. Como las flores, que siempre están presente. Como las amigas.
Carme Callol (Júlia) , Elisabet Casanovas (Zefarina), Margarida Minguillón (Perpètua), Mercè Sampietro (Florentina), Teresa Urroz (Zoila) nos ofrecen interpretaciones brillantes y llenas de vida. Mercè Sampietro está inmensa como Florentina y tiene un gran contrapunto en elisabet Casanovas, una Zerafina pizpireta, vital. El coro de vecinas, como un coro grieto, son el complemento perfecto para las dos. Enric Cambray (Vigilante, Jaumet, Francisquet, Miqueló), Gemma Martínez (alumna, madre de Jaumet) encajan muy bien en este montaje y, a pesar de sus breves intervenciones, bordan sus papeles. Enric Cambray es un Miqueló que hay que saborear, con su seguridad fingida y su atolondramiento. Toni Sevilla interpreta a un Homer que parece que engaña a todo el mundo, pero no a la platea. Un Homer que intenta mantener la dignidad en un mundo que le viene grande.
La Senyora Florentina y el seu amor Homer es un canto a la amistad. A las amigas que están para todo sin preguntar, porque son amigas. Un canto a la vida, a disfrutar sin medida de lo que tenemos, a compartirlo con las personas que queremos y que nos quieren.
Hay que ir al TNC para ver esta obra. Y esperemos que la repongan la temporada que viene. La Senyora Florentina y el seu amor Homer es un montaje para gozarlo, de principio a fin.
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